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Basílica de San Francisco, en la ciudad de Salta. (Foto: El Tribuno) |
A quien corresponda:
En Febrero de 1813, terminada la Batalla en Salta, decisiva
para el afianzamiento de un gobierno independiente en nuestro país, el Gral.
Belgrano se dirigió a la Iglesia San Francisco para realizar un Te Deum (o sea
dar gracias a Dios). Allí, el propio Belgrano dispuso que se entregaran a los
frailes cañones, balas y fusiles enemigos para ser fundidos en una campana para
el templo, imaginamos que como símbolo de ese paso trascendente que acababa de
dar: de la guerra a la paz, del sometimiento a la libertad… y podríamos seguir enumerando si
por un instante nos pusiéramos en el pensamiento y el sentimiento del General
en aquellos días de luchar y dejar hasta el alma por la Patria.
Ahora bien, a ver si alguien nos puede ayudar a entender:
¿Por qué será que, 200 años después, con feriado nacional de
por medio y un programa de actividades dispuesto para tan importante ocasión,
ninguno de los organizadores se acordó de la Basílica Menor de San Francisco?